La pintura al óleo “Coñilafquen”, del artista Adolfo Bellocq, fue colocada nuevamente en la escalera de acceso al primer piso del Palacio Municipal, luego de haber recibido un trabajo de restauración y tras haber sido expuesta en el reciente Congreso de Patrimonio.
Luego de estar sobre la escalera del palacio municipal entre las décadas de 1960 a 1990, la obra fue guardada a la espera de su restauración. Desde entonces, se había exhibido en la muestra del centenario de la ciudad, en el Museo Primeros Pobladores, antes de ser restaurada.
La pintura regresó a su lugar original este martes; fue colocada por Vilma Alsina y Alejandra Lema, del área de Cultura del Municipio, acompañadas por el secretario, Gustavo Santos.
En la década de 1950, Bellocq realizó las pinturas al óleo que coincidieron con sus viajes y largas estadías en San Martín de los Andes, realizando la serie Leyendas Araucanas. Los entretelones legendarios y sus consecuencias fueron narrados por Bertha Koessler Ilg, en su libro “Cuentan los araucanos”.
“Constituye la única obra pictórica de un artista plástico, inspirada en un tema legendario del pueblo mapuche del actual Departamento Lacar” declararon Magdalena Barrese y Ana María de Mena, durante su exposición en el Segundo Congreso de Patrimonio Cultural de nuestra ciudad, en septiembre pasado.
Para la restauración de la obra, el Municipio, a través de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de San Martín de los Andes, firmó un convenio con el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén. La tarea estuvo a cargo de Magdalena Barrese.
Relata Bertha Koessler en Cuentan los araucanos: “La leyenda de Coñilafquen (la hija del lago), refiere a la figura femenina sentada en la roca cercana a los nidos de bandurrias, que canta dulcemente frente al lago. El deseo de conocerla del cacique Chokorí, lo impulsa a ordenar a tres guerreros que salgan en su búsqueda. Fracasan en su intento. Luego gente trasandina se acerca en busca de sal y al regresar notan que un kiltru, el perro lanudo, desapareció. Alguien se aleja tratando de encontrarlo y lo halla junto a un kona (peón) cerca de Mamuil Malal, pero no lo quiere entregar. Esto origina una guerra que se termina después de dos largos parlamentos.”